Seguir la regla de las tres erres (3R) a diario puede marcar la diferencia a la hora de conseguir un planeta más limpio entre todos. ¿Pero, qué son las 3R? Se trata, simplemente, de una regla que nos ayuda a cuidar el medio ambiente practicando una forma de vida más responsable con el entorno.
Traducido a la práctica del día a día, las 3R (reducir, reutilizar y reciclar) te ayudan a tirar menos basura, a ahorrar dinero y a ser un consumidor concienciado con la importancia de reducir la huella de carbono.
Reducir se hace necesario si no queremos que el consumismo nos acabe devorando. Su aplicación es muy amplia, por lo que la interpretación puede ir desde no comprar más de lo necesario hasta no despilfarrar recursos como el agua o la energía, por ejemplo.
Reducir se hace necesario si no queremos que el consumismo nos acabe devorando. Su aplicación es muy amplia, por lo que la interpretación puede ir desde no comprar más de lo necesario hasta no despilfarrar recursos como el agua o la energía, por ejemplo.
Reutilizar se refiere tanto a reparar las cosas rotas para poder seguir usándolas de uno u otro modo o, sin ir más lejos, regalar o revender lo que ya no usamos e incluso comprar nosotros también en el mercado de segunda mano, por lo que de nuevo vemos que el consejo admite interpretaciones abiertas.
El reciclaje, en tercer lugar, completa el círculo de las prácticas eco-amigables, y como ya sabemos consiste en aprovechar un desecho o cosa inservible tras someterlo a un proceso que lo transforma.
La regla de las 6R
Con su regla de las seis erres, Greenpeace riza el rizo y añade otras tres erres que aluden a los conceptos de repensar, reestructurar y redistribuir. Lógicamente, la primera nos invita a llevar una vida más austera, a repensar nuestro estilo de vida, mientras reestructurar reinvindica cambios en el sistema económico que tengan más en cuenta los costos ambientales y sociales.
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